El Ochavario.
El amor por nuestros seres queridos ya fallecidos sigue dentro de nuestras tradiciones, es por eso que hoy en los hogares se preparan los itacates con los tamales o bolis acompañados de los guajes de agua que abran de llevar las almas para su regreso al inframundo, los itacates depositados en canastas o morrales de mimbre son obsequiados a las danzantes de las comparsas que recorrerán los hogares de sus barrios en busca de esta ofrenda especial, con la particularidad de no comer en el domicilio si no de llevar simbólicamente la ofrenda que sirve a las almas para el largo camino que habrán de realizar de regreso a su lugar de descanso. Esta ofrenda también es depositada para los difuntos que a escasos días de iniciar la fiesta murieron de muerte natural y no conocen el camino al inframundo, a ellos se les denomina cargadores, ya que seguirán a las almas en su regreso utilizándolos como guías, en ambos casos la ofrenda es para llevar, como una invitación respetuosa a las almas de regresar a su morada de descanso.
Se realiza el día 9 de noviembre, exactamente ocho días después de la llegada de las almas el dos de noviembre.
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